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El color de la carrocería de los coches es un elemento fundamental en la elección del futuro usuario. En la Universidad de Alicante un grupo de investigación se ha especializado en la medición y reproducción del color y ha organizado conjuntamente con una de las más destacadas empresas de este sector un encuentro.

AUTOR: UA

Los días 13 y 14 de noviembre, el 1º BYK-Gardner Iberian Automotive Meeting, tratará sobre este y otros temas, organizado conjuntamente por la UA y la empresa BYK reuniendo a los principales especialistas de firmas de pinturas, plásticos y coches. "Ahora nos encontramos en la tercera generación de colorido de los coches para coches. El propósito es prepararnos para la cuarta", indica Verdú.

 

Para un industrial es indispensable que sus vehículos ofrezcan el aspecto más atractivo, con el colorido más armonioso y uniforme posible, destaca Francisco M. Martínez Verdú, director del grupo Visión y Color y coordinador local de este encuentro de ámbito ibérico. El color y los efectos visuales de su armazón y sus ornamentos exteriores son básicos para ganarse las preferencias del público. Estudios internacionales indican, por ejemplo, que en toda Europa el color más popular es el negro (26%), seguido del blanco (19%) plata /16%), gris (15%), azul (9%) y rojo (7%). Sin embargo, el tono no es lo único que suscita el interés del la gente, sino que son igual de importantes otras características, como el brilllo o la intensidad.

El fabricante, por ejemplo, puede buscar que el color sea constante e independiente de los ángulos de iluminación y de visión o, por el contrario, que según esas inclinaciones presente una tonalidad distinta. La tendencia actual es buscar efectos vistosos, lo que se consigue con diferentes texturas y pigmentos metalizados, perlados o nacarados y microgranulados.

Para ello, indica Verdú, es fundamental la medición exacta del color, lo que exige tanto el conocimiento tanto de las propiedades físicas —la longitud de onda es básica— como la interpretación que de ellas hace el cerebro humano de manera que la percepción del ojo humano y la sensación que produce en el individuo sea predicha por codificaciones numéricas utilizando escalas internacionales. Y eso no sólo para los coches nuevos, sino para el repintado de los usados, de manera que presente un aspecto igualado. O para que el comprador no se lleve sorpresas cuando elige un color a partir de un muestrario y luego recibe el original. Para el industrial cualquier método de cálculo que le permita ahorrarse costosos pasos de ensayo y error en el proceso de comprobación del comportamiento y aceptación de un determinado cromatismo de carrocería es importante.

La batería de instrumentos, de soffware propio y de conocimientos científicos y técnicos de que dispone este grupo de investigación permite, por ejemplo, precisar la formulación de recetas de pintura distintas que lleguen a un resultado visual idéntico para compensar el diferente efecto que producen al ser aplicadas sobre el metal del armazón o sobre sus complementos de plástico. Los fundamentos tecnológicos y modelos de cálculo que utilizan permiten prever el comportamiento de los pigmentos. Debe saberse por anticipado si color que el diseñador establece sobre el papel o sobre la pantalla de ordenador es reproducible o no a la hora de fabricación o qué margen de tolerancia cabe esperar. No es lo mismo tampoco hacer estudios en el interior con iluminación eléctrica que exponer el producto a la luz del sol. Asimismo, según sean las superficies planas o curvadas influyen de manera distinta en la percepción que de sus reflejos tiene le ser humano. Para el fabricante es igualmente importante conocer qué grado de control puede ejercer sobre el proceso de pintado, para que tampoco en este campo se lleve sorpresas. Este proceso puede ser especialmente complejo con los efectos de nacarado, donde son necesarias cuatro capas o más para lograrlo. También hay que prever el envejecimiento de la apariencia por el efecto a lo largo del tiempo de la radiación solar ultravioleta.